Hebreos 3:1-6 "Jesus: Mejor que Moisés"

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Vamos a continuar esta mañana con nuestra serie expositiva de sermones sobre el libro de Hebreos que hemos titulado “Jesus es Mejor”
Hemos explorado cómo Jesús es mejor los ángeles en el capítulo 1, y esta mañana nos adentraremos en el capítulo 3 para descubrir por qué Jesús es "Mejor que Moisés".
Recordemos que esta carta fue escrita a creyentes hebreos que enfrentaban un dilema. Estaban considerando la posibilidad de abandonar su fe en Cristo y regresar a las antiguas tradiciones judías. Para ellos, volver a Moisés, a las regulaciones de la ley, parecía una opción tentadora .
Sin embargo, hoy veremos como el autor les recuerda que aunque Moisés fue fiel en la casa de Dios, no es él quien les ha dado por gracia entrada a una comunidad de gracia, no es él quien de quien deriva su identidad única, ni es él quien les ha dado una seguridad eterna. Todas estas cosas las tienen en Cristo en quien son llamados a perseverar.
Hermanos, amados ¿Quien de nosotros no ha buscado encajar en un grupo o comunidad, quien no ha buscado con firmeza una identidad y quien no ha buscado algo de seguridad en esta vida? Toda persona necesita estas cosas, fuimos creados para vivir en comunidad, fuimos creados a imagen de Dios como personas con una identidad y además Dios puso eternidad en nuestros corazones para que anhelaremos una seguridad eterna.
Desde la entrada del pecado en el mundo, los hombres nos sentimos que no pertenecemos, fuimos alejados de Dios y nos excluimos mutuamente; además, aunque somos imagen de Dios, todos estamos buscando identidad en las cosas de creación. Y por causa de la culpa del pecado nacemos sin esperanza.
Efesios 2:12 NBLA
recuerden que en ese tiempo ustedes estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza y sin Dios en el mundo.
El texto que vamos a considerar esta mañana nos recuerda, que aunque perdimos todas estas cosas por causa del pecado, Ahora estas cosas las tenemos en Cristo:
Es una noticia increíble saber que en Cristo pertenecemos a una comunidad, hemos sido adoptados en la familia de Dios, lo que nos brinda una comunidad segura en la cual podemos vivir confiados.
Efesios 2:19 NBLA
Así pues, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino que son conciudadanos de los santos y son de la familia de Dios.
En Cristo, no necesitamos luchar para encajar en una comunidad o en una familia, porque Jesús no se avergüenza de llamarnos hermanos.
En Cristo tenemos también una identidad. Somos Santos.... Él es el pionero que, a través de su obediencia y muerte en la cruz, nos presentó a Dios santos.
Cristo es también es nuestro libertador que por su muerte, resurrección y ascensión nos ha dado un lugar en gloria, dándonos así la seguridad de una esperanza eterna que nunca nos será quitada, pues el ha vencido el pecado por nosotros, derrotado al acusador de nuestras almas y triunfado sobre la muerte. Por lo tanto, podemos tener la esperanza de morar en la casa de Dios por siempre. El reino de Dios es nuestro y lo será por toda la eternidad.
Así que, hoy exploraremos cómo Hebreos 3:1-6 nos recuerda que en Cristo tenemos una comunidad, una identidad, y una seguridad eterna. Les invito a considerar a Cristo esta mañana y lo que tenemos en él, de manera que no busquemos en otro lugar, ni en ninguna otra persona mas que en Él todo lo necesitamos.
Hebreos 3:1–6 NBLA
Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, consideren a Jesús, el Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe. El cual fue fiel al que lo designó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios. Porque Jesús ha sido considerado digno de más gloria que Moisés, así como el constructor de la casa tiene más honra que la casa. Porque toda casa es hecha por alguno, pero el que hace todas las cosas es Dios. Moisés fue fiel en toda la casa de Dios como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir más tarde. Pero Cristo fue fiel como Hijo sobre la casa de Dios, cuya casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin nuestra confianza y la gloria de nuestra esperanza.
Nuestro texto inicia con esta conjunción “Por tanto” recordando que lo que dirá es una inferencia una implicación de todo lo que nos dicho ya. Recordemos lo que al autor a dicho:
Por que tenemos una gran salvación en Cristo, quien siéndo el hijo de Dios, superior a los ángeles, se hizo hombre para tomar nuestro lugar....
Por que Jesus vivió una vida de obediencia perfecta por nosotros y padeció bajo el poder de la tentación y el pecado sin sucumbir a ello como lo hizo Adan....
Por que Jesus nos presentó santos delate de Dios y puede compadecerse de nuestras debilidades....
Porque el sufrió la muerte en la cruz para redimirnos y limpiarnos de toda maldad...
Porque él es nuestro sumo sacerdote que nos ha librado del temor de la muerte y del poder del maligno, danos esperanza de gloria eterna en la casa del Padre....
Por todo lo que Jesus es y lo que hacho: "considerad a Jesús" en él todos somo: "hermanos, santos y partícipes del llamamiento celestial".... Lo que implica que:

1. Somos una comunidad

Jesus es llamado Apóstol: es decir, alguien enviado como embajador para representar a Dios ante los hombres, y para hablar y actuar en su nombre.
Y ademas es llamado Sumo Sacerdote: representa a los hombres ante Dios y ofrece un sacrificio por sus pecados.
De manera que el día que pusimos nuestra confianza en Cristo e hicimos publica nuestra profesión de fe en él, confiándole nuestra vida para que nos rescate, en ese momomento él:
Como embajador de Dios de Dios es quien nos revela al Padre para que le conozcamos y le temamos. “El que le ha visto a el, ha visto a Dios” Juan 14:9
Como nuestro sumo sacerdote y nuestro representante delante del trono de la justicia divina, nos ha reconciliado. En El fuimos hechos hijos de Dios por adopción y por ende, hermanos suyos.
En Cristo, Dios nos ha recibido en su Familia, por pura gracia. Notemos como el autor enfatiza esto, contrastando a Jesus con Moisés.
Aunque ambos fueron files a Dios en sus oficios, solo Jesus es digno de mayor gloria, de mayor estima que Moisés. La razón de su dignidad tiene que ver con su naturaleza, Jesus pertenece a otra categoría, el es el hijo de Dios, el dueño de la casa, adquirió una familia con su sangre, y es él quien edifica esta familia para presentarla perfecta a Dios.
Moisés en cambio, solo es fue un siervo en la familia de Dios. Cristo esta por encima de Moises, siendo el dueño y constructor de la casa. Fue al hijo a quien Dios constituyo heredero de todo, no a Moisés.
De manera que somos familia de Dios por causa del ministerio de Cristo. El fue a quien Dios envió para revelarnos su glroria de manera plena y completa, siendo el mismo la imagen misma de sus sustancia, fue a Jesus a quien Dios constituyo como Sumo Sacerdote para presentar su vida como ofrenda por nuestros pecados y así reconciliarnos con Dios y presentarnos sin mancha delante de El.
Moisés, aunque fue enviado por Dios para dar libertad a Israel en el Exodo, aunque escribió la ley y nos dió a conocer el caranter santo de Dios y aunque medió como sacerdote delante de Dios por el pecado del pueblo de Israel cuando se revelaron en el desierto, él no puedo cumplir con las demandas de la justicia de Dios, no pudo liberara Israel de la esclavitud del pecado.
A pesar de sus buen as intenciones, Moisés solo fue una sombra del que habría de venir. Con todo y su fidelidad, no fue el quien redimió al pueblo, ni fue él quien edifico la casa de Dios. Moises solo edifico un tabernáculo temporal en doinde Dios habito, pero Cristo edifica una casa espiritual compuesta por piedras vidas:
Efesios 2:18–22 NBLA
Porque por medio de Cristo los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu. Así pues, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino que son conciudadanos de los santos y son de la familia de Dios. Están edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular, en quien todo el edificio, bien ajustado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor. En Cristo también ustedes son juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.
1 Pedro 2:4–6 NBLA
Y viniendo a Él, como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Dios, también ustedes, como piedras vivas, sean edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Pues esto se encuentra en la Escritura: «Yo, pongo en Sión una piedra escogida, una preciosa piedra angular, Y el que crea en Él no será avergonzado».
Moisés como profeta llamado por Dios, dio testimonio de Jesus Vs.5 la revelación ultima de Dios, noten lo que Jesus dijo:
Juan 5:45–46 NBLA
»No piensen que Yo los acusaré delante del Padre; el que los acusa es Moisés, en quien ustedes han puesto su esperanza. »Porque si creyeran a Moisés, me creerían a Mí, porque de Mí escribió él.
La obra y el mensaje de Moisés hablaban de lo que estaba por venir. Moisés solo fue un siervo fiel y su trabajo estaba encaminado a impulsar el proyecto de construcción de la casa del Hijo de Dios, quien es heredero de todo.
Esto significa que el ministerio de Moisés no estaba en conflicto con el de Cristo, sino que Moisés era un siervo cuya labor formaba parte de la obra final de Cristo. El versículo 5 nos dice que esto era especialmente cierto de la labor de Moisés como profeta; él testificó "de las cosas que habían de ser dichas más tarde", es decir, en el tiempo de Jesucristo.
De manera que la ley de Moisés anticipaba a Jesus como mas adelante nos dice el autor de Hebreos.
Hebreos 10:1 NBLA
Pues ya que la ley solo tiene la sombra de los bienes futuros y no la forma misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que ellos ofrecen continuamente año tras año, hacer perfectos a los que se acercan.
De manera que los receptores Judíos de esta carta y nosotros hoy, no tenemos otra esperanza mas, que en Cristo. El es quien edifica la casa de Dios, Moisés solo fue un siervo de la casa.
¿Qué debemos entender por "casa de Dios"?
Creo que nos ser trata del tabernáculo o tienda de reunión en la que Moisés sirvió tan fielmente, casa de Dios aquí, señala a Israel en su conjunto, el pueblo al que Moisés sirvió… por esto el texto dice Hebreos 3:6
Hebreos 3:6 (NBLA)
Pero Cristo fue fiel como Hijo sobre la casa de Dios, cuya casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin nuestra confianza y la gloria de nuestra esperanza.
La casa que Jesús está construyendo y en la que sirvió Moisés es el pueblo de Dios. Esto nos dice que hay una continuidad básica entre el Israel del Antiguo Testamento y la iglesia del Nuevo Testamento. Hay diferencias, ya que el antiguo pacto la casa de Dios miraba hacia Cristo siendo una nación terrenal, y el nuevo pacto mira hacia Cristo siendo una nación espiritual cuyo Rey esta en gloria.
a pesar de las diferencias basadas en su escenario redentor-histórico, Israel y la iglesia son uno. . La casa en la que sirvió Moisés es la casa de la que Jesús es Señor.
1 Pedro 2:9–10 NBLA
Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de Aquel que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable. Ustedes en otro tiempo no eran pueblo, pero ahora son el pueblo de Dios; no habían recibido misericordia, pero ahora han recibido misericordia.
Efesios 2:19–22 NBLA
Así pues, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino que son conciudadanos de los santos y son de la familia de Dios. Están edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular, en quien todo el edificio, bien ajustado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor. En Cristo también ustedes son juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.
i esto es lo que somos los cristianos -la casa de Dios-, deberíamos preguntarnos: ¿Por qué razón se construye una casa? La razón principal por la que uno construye una casa es para vivir en ella. Qué maravillosa verdad, Dios nos ha redimido para que seamos su propia morada, su familia.
Apocalipsis 21:3 NBLA
Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: «El tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre ellos y ellos serán Su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos.
Aplicación:
Todo vinculo humano de este lado de la eternidad será un día disuelto, todo pecador sin Cristo va sufrir en soledad una terna condenación, el anhelo por encajar socialmente nunca será satisfecho realmente.
No importa si hoy eres un Judío apasionado or Moisés y la ley, no importa si somos Gentiles, Colombianos, miembros de un club o de lo que sea, toda la lucha que haz tenido para encajar, para pertenecer será en vano
Solo Cristo nos ha provisto lo que en nuestra búsqueda nunca alcanzaremos, un lugar en la familia de Dios, somos el lugar en el que Dios mora. No es increíble que por la obra de Cristo hoy podamos ser hijos y podamos llamarnos hermanos, hermanos de Cristo y hermanos unos de los otros. No es increíble que esta filiación nunca la perderemos. nOs maravilloso que Dios more en medio de nosotros?
Dice un comentarista: La gente de hoy tiende a no tomarse la Iglesia muy en serio. Somos individualistas y pensamos que podemos hacerlo solos. Pero la comunidad de los santos es la casa de Dios. Si esto no transforma nuestra visión de la Iglesia, entonces nada lo hará. Vemos que la Iglesia no es una institución humana, sino un edificio divino que Dios erige y en el que Dios mismo habita. Formar parte de la Iglesia es tener raíces históricas en el pueblo de Dios y una conexión espiritual con los demás ahora, en épocas pasadas y en las generaciones venideras. Amar a Cristo nos lleva a amar y servir a su Iglesia y a las personas que la componen.
Así que en Cristo ustedes son 'hermanos' Miembros de la familia de Dios - Somos parte de una Comunidad en la cual Dios habita, a la que no necesitamos procurar encajar, fuimos admitidos a la familia de Dios solo por gracia, pro medio de la fe.
Ademas de pertenecer a una Comunidad, en Jesus:

2. Tenemos una identidad.

El autor de Hebreos dice que somos hermanos “Santos”. Esto es lo que nos define ahora, esta es nuestra nueva identidad.
Identidad se refiere a quiénes somos, cómo nos vemos a nosotros mismos y cómo nos relacionamos con el mundo que nos rodea. Es la esencia de quiénes creemos ser y cómo vivimos en función de esa creencia.
Pablo afirma a los Corintios, una iglesia que estaba teniendo luchas con su identidad al vivir como paganos siendo cristianos estas palabras:
2 Corintios 5:17 NBLA
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, ahora han sido hechas nuevas.
Amados, Cuando nos rendimos a Cristo y ponemos nuestra fe en Él, nuestra identidad experimenta una transformación radical. Estamos llamados a dejar atrás la vieja naturaleza y abrazamos una nueva identidad en Cristo.
Dice el Señor a Israel en Levítico:
Levítico 11:44 NBLA
”Porque Yo soy el Señor su Dios. Por tanto, conságrense y sean santos, porque Yo soy santo. No se contaminen, pues, con ningún animal que se arrastra sobre la tierra.
En Cristo, nuestra identidad se caracteriza por la santidad. Dios nos llama a ser santos porque Él mismo es santo, y este es un llamado vital ahora que tenemos una nueva identidad en Cristo. Además, el hecho de que pertenezcamos a una nueva comunidad de gracia, nos hace distintos:
2 Corintios 6:16 NBLA
¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo, como Dios dijo: «Habitaré en ellos, y andaré entre ellos; Y seré su Dios, y ellos serán Mi pueblo.
Dios nos llamado como miembros de su familia a buscar intereses distintos cuando nos dice:
Colosenses 3:2 NBLA
Pongan la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
En Cristo, nuestros intereses y prioridades cambian debido a esta identidad transformada. De manera que nuestra nueva identidad en Cristo implica una vida que crece en constante santificación, en una comunidad, que busca la gloria de Dios en todo lo que hace en este mundo.
En el Antiguo Testamento si querías conocer a Dios, no podías buscarlo en cualquier parte. Dios está en todas partes, pero se reveló especialmente en Jerusalén, en un templo. Si querías encontrar a Dios, tenías que ir allí, donde estaba la casa del Dios Santo.
Hoy, si quieres conocer a Dios, debes ir a una iglesia donde se enseñe su Palabra. Aunque Dios está en todas partes, es en su casa donde se revela especialmente por medio de su pueblo santo.
Ahora es Cristo quien nos define. No la cultura, no nuestras emociones, no nuestros sentimientos. El nos asignado un valor eterno como hijos de Dios al comprarnos con precio de su propia sangre. El ha venido en la persona de su espiritu para hacer morada de Dios en nuestros corazones, de manera que hemos sido hechos morada de Dios en el Espiritu. Que poderosa identidad. Somos de Dios, le pertenecemos a Cristo, somos llamados proclamar la virtudes de aquel que nos llamo de las tinieblas a su luz admirable.
Es Jesus, no Moisés quien nos ha puesto por gracia en una comunidad y nos ha dado una nueva identidad - Lo que nos define no es ser Colombianos o Judíos hijos de Abraham y seguidores de Moisés, lo que nos define es que Judíos y Gentiles ahora somos Cristianos, una sola familia que pertenece a Cristo.
En Jesus, somos miembros de una comunidad, tenemos identidad y finalmente, en Jesus:

3. Tenemos una eterna Seguridad

Como personas, no solo queremos ser alguien en la vida y encajar, también anhelamos seguridad, una propiedad que asegure nuestra tranquilidad en el futuro.
Es una pena que la gente luche por obtener una pensión y tener seguridad para su vejez y finalmente muera sin nunca disfrutarla o la pierda en el camino. Todos conocemos el dicho: No hay entierro sin trasteo.
Al final todo por lo que trabajamos se va esfumar, no lo podrás llevar contigo, tu destino no podrás asegurarlo por ti mismo. Y lo pero es que sin Cristo a todo hombre le espera un destino de sufrimiento eterno, ruina eterna.
No tiene por que ser Así. El autor de hebreos nos recuerda que todo cristiano es “Participante de un llamamiento celestial”. Dios nos ha llamado a participar de una herencia celestial que nunca perece:
Colosenses 1:12 NBLA
dando gracias al Padre que nos ha capacitado para compartir la herencia de los santos en la Luz.
1 Pedro 1:4 NBLA
para obtener una herencia incorruptible, inmaculada, y que no se marchitará, reservada en los cielos para ustedes.
Tenemos esta herencia en Cristo, el la ganó para nosotros, por medio de su perfecta obediencia y muerte en la cruz, el reino celestial nos pertenece:
Lucas 12:32–34 NBLA
»No temas, rebaño pequeño, porque el Padre de ustedes ha decidido darles el reino. »Vendan sus posesiones y den limosnas; háganse bolsas que no se deterioran, un tesoro en los cielos que no se agota, donde no se acerca ningún ladrón ni la polilla destruye. »Porque donde esté el tesoro de ustedes, allí también estará su corazón.
No importa slo que podamos tener de este lado de la eternidad, todo lo que Dios pone en nuestras manos hoy va perecer, se deteriora, debemos usar estas cosas para bendecir a otros y eventualmente para disfrutarlo sabiendo que es temporal. Nuestra verdadera herencia esta en los cielos y allí debe estar nuestro corazón.
Esta es la confianza que estamos llamados a retener hasta el fin. Es lo que nos dice el autor en el Vs.6 todo el que esta en Cristo, el que ha sido hecho familia de Dios y es morada de Dios en el Espíritu, tiene esperanza de poseer el reino eterno.... es un reino que no ganamos por nuestra competencia y esfuerzo, es un reino al que Cristo nos dio acceso por su mediación como nuestro sumo sacerdote. Es Jesus y no Moisés quien nos ha dado acceso al reino de los cielos, por Jesus hemos recibido un llamamiento celestial.
Colosenses 1:27 NBLA
A estos Dios quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en ustedes, la esperanza de la gloria.

Conclusión:

En resumen, Jesús es verdaderamente mejor que Moisés. En Cristo, tenemos una comunidad de gracia, una identidad transformada y una seguridad eterna en el reino celestial. Mi invitación para todos nosotros hoy es retener estas verdades en nuestros corazones y vivir conforme a nuestra nueva identidad en Cristo.
Somos salvados sólo por la fe, pero la prueba de nuestra fe viene a través de nuestra voluntad de perseverar bajo la dificultad y la persecución. Los que no perseveran, como Demas, el que fuera compañero de Pablo (2 Tim. 4:10), y los que traicionan a Jesús a este mundo, como Judas Iscariote, revelan con sus acciones que nunca fueron parte de la familia, nunca tuvieron una identidad clara en Cristo y tuvieron esperanza.
Si eres cristiano, Dios te llama a mostrar valentía ante el mundo, aferrándote a tu esperanza en Jesucristo. Pero, ¿de dónde viene la valentía? La Biblia responde que viene de considerar a Cristo.
En innumerables campos de batalla, los corazones de los soldados se han alegrado al ver la bandera de su país ondeando inmóvil. Lo que veían les recordaba el hogar al que esperaban regresar como héroes, y la causa por la que habían venido. Al ver ondear la bandera, sabían que la victoria estaba cerca. Esto es lo que el Evangelio hace por los cristianos, pues lleva la promesa de Dios:
Romanos 8:38–39 NBLA
Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Saber que la obra salvadora de Dios es segura, y que nuestro tesoro está a salvo en el cielo, que nuestra identidad esta en Cristo y que somos sus hermanos, hijos y herederos de Dio en El. Nos dará valor para perseverar en esta vida con todas sus pruebas y tentaciones.
Si alguno aquí aún no ha puesto su confianza en Cristo, venga en arrepentimiento y fe a El ahora. Siéntanse libres de hablar conmigo o o con los ancianos después de este servicio. Y para todos nosotros, oremos para que Dios fortalezca nuestra fe y nos ayude a vivir de acuerdo con la identidad que tenemos en Cristo.
Oremos.
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